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Decir adaptativo no es adaptativo

Desde hace un tiempo, mi interés por la filosofía analítica, la conducta verbal y las cosas bien hechas (o bien dichas) ha incrementado por culpa de ciertos señores que me han estimulado y propinado golpes de ideas con las que juego a pensar. Mi favorita: aquella en relación al uso del término adaptativo en psicología.

Este término, en mi opinión, se usa con unas connotaciones muy diferentes a las dadas en su origen. A veces su uso es inocuo para el objetivo que persigue, otras, sin embargo, me parece forzado e inadecuado porque no es ni sitio (nivel de análisis) ni momento (ontogenia) para su uso ni nos aporta nada (análisis funcional).

Adaptación Biológica


Antes de hablar sobre papá y mamá tenemos que hablar de los abuelos. En biología, el término adaptativo o rasgo adaptativo reúne las siguientes peculiaridades:

a) Definición: rasgo diferencial que en competencia o coexistencia con otros rasgos (fisiológicos y/o conductuales) ha tenido incidencia diferencial sobre el éxito reproductivo y la transmisión de características genéticas a la descendencia.

b) Tipo de análisis: Se trata de un análisis retrospectivo, a posteriori. Nunca se puede determinar qué será adaptativo a priori

c) Etiqueta: Se trata de una etiqueta que nos hace referencia a una evidencia independiente. (La presencia de Hemoglobina mejora el transporte de oxígeno en sangre y tuvo repercusión sobre la probabilidad de supervivencia y éxito reproductivo, lo cual fue adaptativo). Describe, resume un hecho, no lo explica.

d) Rasgos adaptativos: Son explicados por la historia de selección, las consecuencias de una especie. Decir adaptativo no basta. Tenemos que exponer las características de selección por consecuencias (historia evolutiva) que dotarán de sentido a la explicación.

e) Conclusión: Adaptativo es una etiqueta con valor descriptivo y nunca causal. Para hallar la explicación de un rasgo adaptativo debemos apelar o analizar la historia de selección por las consecuencias.



Selección por consecuencias: Biología y Psicología.


El término reforzador (Skinner, 1953), también se trata de una evidencia independiente que determinamos retrospectivamente. Una vez que se produce el fenómeno o el efecto lo etiquetamos, según proceda, como evento reforzante o rasgo adaptativo. Esta introducción nos interesa porque el análisis experimental de la conducta (AEC) toma el modelo funcional o selección por consecuencias como explicación válida y análoga para el comportamiento (Skinner, 1966 y Skinner, 1981), aunque también existen críticas a este planteamiento (Tonneau, 2000).



“El comportamiento humano es el producto conjunto de (a) las contingencias de supervivencia responsables de la selección natural de las especies y (b) las contingencias de reforzamiento responsable de los repertorios adquiridos por sus miembros, incluidos (c) las contingencias especiales mantenidas por un evolucionado entorno social” 1981, pp. 502.

Ahora bien, la relación entre la biología y la psicología no es total y cada nivel tiene determinadas características que las identifican y diferencian (Skinner, 1981).

“Los tres niveles de variación y selección tienen su propia disciplina, la primera, la biología, la segunda, la psicología, y la tercera, la antropología. Sólo el segundo, el condicionamiento operante, se produce a una velocidad a la que se puede observar de momento a momento. Los biólogos y antropólogos estudian los procesos mediante los cuales se presentan variaciones y son seleccionados, pero se limitan a reconstruir la evolución de una especie o de la cultura. El condicionamiento operante es la selección en curso” 1981, 502

Usos del término Adaptativo en Psicología


En psicología, determinados comportamientos se etiquetan como adaptativos por varias razones. Las más generales y usadas, supongo. Por un lado, la corriente aplicada etiqueta los comportamientos adaptativos como aquellas conductas relacionadas con las habilidades sociales y de autonomía personal o incluso como adaptación al medio (Luciano y Gil, 1993).

Conducta adaptativa: Es definida como la efectividad o grado con el que un individuo realiza las funciones de independencia personal y responsabilidad social, esperados para su edad y grupo cultural”

En esta ocasión estamos etiquetando un conjunto de comportamientos que formarían una categoría de evaluación concreta que facilitaría la formación, el intercambio de información y la comunicación entre profesionales. Es una etiqueta sin más, no intenta añadir ningún tipo de explicación. Similares en su uso serían las habilidades sociales, autonomía personal, etc.

Veá. J. J (1990) afirma que existen dos tipos de adaptación una filogenética y otra ontogenética. Esta última correspondería al comportamiento, aprendizaje o adaptación.

“Podemos describir, como hemos indicado, estas modificaciones del comportamiento como un proceso adaptativo. Este proceso consiste <<en descubrir>>, por parte del organismo, cuál es la relación que proporciona una determinada situación ambiental, entre el comportamiento y sus consecuencias, guardar este conocimiento y poderlo emplear en situaciones similares. Al conjunto de procesos implicados en este descubrimiento y su aplicación le llamamos aprendizaje. En otras palabras, la adaptación supone un conocimiento de las características del medio y la posibilidad de aplicar este conocimiento. Por este motivo, si la conducta de los organismos sirve para facilitar su supervivencia, esta conducta debe modificarse en relación no sólo de su estado interno, sino también en relación a los cambios ambientales”. (la negrita es mía). 1990, pp.444.

Esta connotación no parece ser muy común en psicología, aún así me parece interesante analizarla porque contiene graves errores conceptuales. Recurre a términos mentalistas “descubrir”, “conocimiento”, “estado interno” para describir cómo un organismo emite una operante y cumple un determinado criterio (en este caso serían los criterios de novedad y efectividad, propios de la conducta derivada o novedosa). Además, el autor erra al usar de forma teleológica el lenguaje, nunca una rasgo adaptativo puede “servir para”, ni un rasgoes adaptativo, simplemente lo ha sido. Aquí debemos situar la expresión “se adapta al medio”, “toma la forma de”, “se adecúa a las exigencias del medio”. En este apartado, adaptativo no sería más que el cumplimiento de determinados criterios que los científicos proponen. Adaptación como adecuación o cumplimento de criterios/exigencias.

Y está el último uso, mi favorito: Cuando la función de un comportamiento es valorada socialmente como adecuada (o no) a la norma imperante o contexto puntual, diciéndose, entonces, que la emisión de dicho comportamiento es adaptativo por que aumenta las probabilidades de supervivencia.

Había un rey que gobernó en su reino.
Justo en el medio del reino había un pozo.
Ahí era donde todos bebían.
Una noche, una bruja apareció...
y envenenó el pozo.
Y al día siguiente, todos bebieron de ahí, menos el rey...
y todos se volvieron locos.
Salieron todos juntos a la calle y dijeron:
“Tenemos que deshacernos del rey porque está loco”
Y entonces esa noche, él bajó y bebió del pozo.
Y al día siguiente toda la gente se alegró...
porque su rey había recuperado la razón.
Serpico, 1973 (Sidney Lumet).

La introducción a cualquier manual de psicopatología debería empezar con esta brillante cita de Serpico. El hecho que describe puede ser analizado funcionalmente, y de él podemos concluir que la conducta del Rey (enloquecer) es función la “presión” social del contexto (el pueblo loco). Aunque no tenemos acceso a su historia previa (principio de indeterminación), es muy posible que el Rey hubiera estado expuesto a contingencias de reforzamiento mediante las cuales aprendió a escapar/evitar ciertas situaciones aversivas (reforzamiento negativo). Por lo tanto, el Rey, para evitar que pudieran tomar represalias contra su persona, decidió beber del pozo para “sanar”.

Podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que a grandes rasgos el comportamiento del Rey estaría explicado. ¿Necesitamos algo más que nuestro análisis funcional? A nivel psicológico, rotundamente No. Pero esta rotundidad no es ni común ni compartida, me temo. El error se produce cuando se mezcla la selección por consecuencias (Skinner, 1981), que tiene lugar a nivel biológico (filogénesis) y la selección por consecuencias a nivel conductual (ontogénesis).

“Cuando los miembros de una especie comen ciertos alimentos simplemente porque comer ha tenido valor para la supervivencia, la comida no tiene que ser, y probablemente no lo es, un reforzador (...) pero cuando, a través de la evolución de las sensibilidades especiales, los alimentos se convierten en refuerzo, nuevas formas de comportamiento se pueden establecer (...) El comportamiento de manera condicionada no es necesariamente adaptativo; alimentos se comen que no son saludables, y el comportamiento sexual fortalecerse, lo que no está relacionado con la procreación” 1981, 501

Si hubiéramos dicho “El rey hizo eso porque es adaptativo” parece que hemos explicado y analizado el fenómeno. Sin embargo, recordemos que adaptativo/reforzador son etiquetas, es la historia previa filogenética/ontogenética la que explica el fenómeno.

Nuestro análisis psicológico, al igual que el biológico, es retrospectivo y estudia en qué medida se cumplen determinados criterios. Esos criterios son condiciones necesarias pero no suficientes y carecen del mismo valor al cambiar de nivel de análisis. Llegados a este punto tenemos que analizar cuáles son los criterios que se sitúan en la base del uso de esta etiqueta en psicología. 

a) supervivencia,

b) éxito reproductivo y transmisión de características genéticas a la descendencia,

c) si la función de dicho comportamiento es normativa, aceptada o incluso psicológicamente “sana” y

d) las consecuencias sociales de emitir dicho comportamiento.


1. “Un hombre (o una mujer) casado mantiene relaciones sexuales con 10 hombres en Sevilla” y “Un hombre (o una mujer) casado mantiene relaciones sexuales con 10 hombres en Teherán”
2. “Un soldado americano mata a 100 árabes en Irak” y “Un soldado americano mata a 100 árabes en Chicago”.        

¿Qué determinaría que una conducta fuera adaptativa?, recordemos las premisas del inicio. ¿Qué está determinando ahora que una conducta sea adaptativa?, ¿Las mismas premisas?

En el caso 1, a nivel biológico, podríamos decir que esto puede suponer un éxito reproductivo diferencial en ambos contextos, sin embargo, a nivel psicológico la conducta en uno u otro contexto está mediada por contingencias diferentes. Con lo cual, muchos dirían que en Sevilla sería un comportamiento adaptativo mientras que en Teherán no. Pero esta explicación es banal, superficial y sencillamente demasiado simplista. Sólo un análisis funcional nos aportaría las claves para comprender el fenómeno y conseguido eso, decir si es adaptativo o no es irrelevante. En nuestro ejemplo número 2, la conclusión sería similar. En este caso nos centraríamos en la supervivencia del individuo.

Las contingencias de reforzamiento y castigo (en relación a la supervivencia y éxito reproductivo) se sustituyen, erróneamente, por el término adaptativo/no adaptativo.

Y hay más, es tal la confusión que a veces se intenta usar el término en negativo. En la psicología aplicada, se refieren a conductas desadaptadas a aquellas que tendrían una función inadecuada a ojos del terapeuta y/o la sociedad en general. En el II congreso de SAVECC (Madrid), hubo cierta controversia respecto a este asunto. Las conductas tienen una función para la persona y eso es verdad por definición. Ahora bien, la terapia se instaura para cambiar dicha función porque un ambiente externo y experto (terapeutas) considera que dicha función no es adecuada, “buena” o ajustada al medio. Una cosa es el determinismo, el control de la conducta, la función psicológica y otra cosa es cómo nos referimos (verbalmente) a la función.



“Según este enfoque, la conducta es concebida de manera dimensional, señalando que la conducta normal y anormal no son cualitativamente diferentes, sino distintas gradaciones a lo largo de un continuo (Eysenck, 1956). Según esto, la terapia va dirigida a la conducta anormal (desadaptativa) manifiesta y observable, así como a las encubiertas (emociones y verbalizaciones implícitas) que están causando malestar o desadaptación”. 1998, 2.

En este sentido, Castañeda (1998), argumenta que estas conductas estarían bajo las mismas leyes de aprendizaje que la conducta “adaptativa o normativa”, que el objetivo terapéutico es la modificación de dichas conductas para fomentar conductas socialmente deseables.

En resumen, podemos encontrar que el uso de la etiqueta conducta adaptativa, en psicología es un caos, carente de rigurosidad y de un análisis conceptual adecuado. Entre sus usos variados se encuentra: a) categoría diagnóstica, b) etiqueta del cumplimiento de un criterio (variabilidad conductual y novedosa, por ejemplo) camuflada en constructos como inteligencia o aprendizaje, c) etiqueta de conductas inadecuadas en la práctica clínica (trastornos de conducta), d) sustituto de las contingencias de reforzamiento (mediación cultural).

Conclusión. El análisis experimental del comportamiento destaca por su rigurosidad, parsimonia y elegancia a la hora de explicar la conducta. Este tipo de regulación verbal, lejos de aportar información a nuestros análisis funcionales, los ensombrece y los sustituye por explicaciones simplistas. Aunque la selección por consecuencia es un modelo explicativo compartido por niveles de análisis no hay que perder la perspectiva funcional. Para que algo sea adaptativo tuvo que serlo con anterioridad. Aún así, eso es biología y a mí lo que me interesa es el comportamiento. Comportamiento y nada más.

Objetivo del post: Que mi reflexión sea el punto de partida para ser críticos con los términos híbridos, no técnicos, que usamos en psicología, e instauremos un debate dónde todos aprendamos. 


Luis Ignacio De Amores Cabello.

Nota: Faltan un par de referencias. Si alguien tiene interés por consultar las que faltan que se ponga en contacto conmigo.

Referencias


Skinner, B. F. (1953). Science and Human Behavior. Nueva York, Macmillan.

Skinner, B.F. (1966). The Phylogeny and Ontogeny of Behavior. American Association for the Advancement of Science. 153, 1205-1213.

Skinner, B.F. (1981). Selection by Consequences. American Association for the Advancement of Science.213, 501 – 504.

Veá, J.J. (1990). Variabilidad conductual y comportamiento adaptativo. Revista de Psicología General y Aplicada. 43, 443- 449.


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