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Un puñado de leones y una pizca de “Inteligencia”



¿Qué es la inteligencia? Este concepto tan usado por algunos profesionales en ámbitos tan dispares como la educación, la parapsicología la terminología o la sociología no es más que un constructo que intentamos medir de alguna forma mediante cuestionarios o test hechos por nosotros mismos para que midan, a conciencia, “algo” que creemos que está ahí dentro, pero que no conseguimos entender muy bien. La inteligencia, para comenzar a hablar de ella, debería ser definida en base a una serie de variables que en su contexto pudieran ser manipuladas y por lo tanto medibles. Estas variables pueden ser definidas en base a conductas que emite el individuo, pero no cualquier clase conductas. Conductas que permitan al individuo adaptarse en su medio y a los cambios que hay en él. Es decir, la inteligencia podría definirse como el conjunto de conductas que permiten al individuo adaptarse en su medio de una forma optima y sobrevivir. Pero, ¿Qué es adaptarse? Estos días hemos oído hablar bastante de adaptación, evolución, y otros términos como algoritmos. Pues bien, una buena forma de entender la adaptación y por lo tanto la inteligencia de los individuos es sistematizarla y matematizarla. La ecuación más simple sería la siguiente;


Donde “A” es adaptación,”C” son las conductas de supervivencia, “M” son los cambios del medio y “G” seria el genotipo.

Esta ecuación implica tanto la emisión de determinadas conductas, “organismo”, como el constante cambio en el “medio”, lo que convierte a este proceso en un constante mecanismo de selección en el que lo que más peso tiene son las conductas de supervivencia de los individuos, puesto que los que no emiten conductas que permiten adaptarse y poner a su favor las condiciones del medio, mueren y por lo tanto no se reproducen. También es importante mencionar el peso de la variable genética contemplada en esta ecuación, esto puede ser beneficioso en ciertos contextos y perjudicial en otros.



Claro está, que esta ecuación no tiene en cuenta ciertas variables que consiguen nivelar la balanza de la supervivencia y la evolución. Dentro de la variable que hemos definido como C; “conductas”, podríamos decir que hay subvariables, también conductuales, que ponen a nuestro favor, al menos de forma general, el hecho de que sobrevivamos en nuestro medio. El hecho de que hoy día tengamos hospitales cualificados, vacunas, tratamientos, en general avances médicos y una formación para el consiguiente desarrollo de los mismos, puede que represente un porcentaje dentro de esta ecuación a nuestro favor, estos son solo algunos ejemplos. Por otro lado, es cierto que dentro de la variable C, también existen conductas que inclinan dicha balanza en nuestra contra, tales como una guerra, un conflicto, una patología, un problema de conducta, etc. Todo ello cuenta en ambos casos. Aquí es donde entra la “inteligencia” en el caso de los seres humanos. Podremos definir a una especie, a un grupo o a un individuo como “más o menos” inteligente si mediante la emisión de sus conductas, es capaz de inclinar el valor de la ecuación a su favor, esto es, un valor positivo. Estas especies podrán sobrevivir y formarán parte de la evolución, esto es, número de veces que se transmiten los genes a una nueva generación. Hay que decir que esto no implica una mejora de la especie. No se pretende que el lector entienda que mediante este proceso las especies “se hacen” cada vez más inteligentes a través de la evolución, tan solo que los organismos pueden dar ciertas conductas que permiten la supervivencia de las especies.




Este sería un primer acercamiento a la definición y a la categorización de la “inteligencia”, pero podemos ir un poco más allá. 

El ser humano y las especies en general pueden definirse como inteligentes cuando emiten conductas que maximizan beneficios y reducen costes en la supervivencia. Es decir, si un individuo tiene acceso a la comida, no tiene porque arriesgarse cazando o ir a buscar comida. De lo contrario si no tiene acceso a la comida, deberá de buscar la forma menos costosa de encontrarla, no tendría sentido cruzar un desierto para obtener cierta cantidad de comida, si se tiene acceso a una cantidad de comida, aunque sea menor, de otro modo más accesible. 

Esto podría definirse en base a la siguiente ecuación cuyas variables pueden ser sustituidas mediante probabilidades "de obtener comida" y "costes de obtenerla"; Donde “b” son los beneficios y “c” son los costes.

B > C                       B – C > 0

De tal modo cuando hablamos de inteligencia, debemos referirnos a ella como la capacidad de los individuos de realizar cambios en el medio a su favor mediante la propia conducta. Esto nos permite asegurar nuestra supervivencia. 

Por lo tanto, parece un poco absurdo hablar de inteligencia mediante pruebas psicológicas medidas en test que lo único que hacen es para empezar cosificar “la inteligencia” y clasificar a los individuos en base a una puntuación, que por cierto, es bastante ambigua. ¿Si el individuo X sacara una puntuación de 130 en un test de inteligencia diríamos que es “muy inteligente”? ¿Y si llevamos a ese individuo X a la mitad de la sabana africana, seguiría siendo igual de inteligente? ¿Se adaptaría igual al medio? ¿Obtendría los recursos de la misma forma?, en su medio habitual no hay leones acechándolo, en este caso sí, por lo que debería emitir conductas que le permitan huir o luchar, lo que sea más adaptativo según la situación. Podemos ver que la “inteligencia” de las personas en este caso, varía según el contexto y las conductas que estas realicen en él. El hecho de alimentarse sigue siendo el mismo tanto en su sociedad como en plena sabana, lo que cambia es el contexto y por lo tanto la forma de conseguir dicha comida y aquí es donde entra en juego las conductas de supervivencia del sujeto. 

Es decir, la inteligencia viene dada por el propio contexto y la adaptación del sujeto a este, es una relación funcional, que a su vez está influida por la historia previa del sujeto y que se va modificando por las condiciones en el presente. 

¿Qué es la inteligencia? Para mí solo es la adaptación a diferentes situaciones en el medio, pero nos empeñamos en ponerle etiquetas y más aun, medirla mediante una serie de test que realmente no están midiendo más que lo que nosotros mismos queremos que mida. 

Es cierto que cuando se mide en un test de inteligencia, deducción lógica, atención, razonamiento y demás constructos, también puede, en último termino ser “inteligencia”, puesto que saber hacer un problema de matemáticas complejo puede ser adaptativo si el profesor nos está evaluando y va a ponernos una nota, pero no deja de ser un conjunto de conductas que pueden ser adaptativas o no.

Si quitáis “inteligencia” de todas las comillas que he usado en esta entrada y la sustituís por conductas, estaremos hablando de lo mismo en última instancia.



"Algunos hombres buenos"

La conceptualización es importante. Ellos lo hicieron. Debemos seguir haciéndolo nosotros. 


Miguel Ángel Maldonado Herves

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