En
esta entrada vamos a considerar el aporte del análisis del comportamiento al
marco de la economía conductual, el cual se vuelve necesario si queremos
entender ciertas situaciones que se están dando en la actualidad.
Hay una relación significativa entre los estudios sobre economía conductual y las conductas de elección en referencia al consumo, que pueden servirnos para entender y conceptualizar mejor muchas situaciones cotidianas.
Para
ello, vamos a empezar dando una definición más o menos consensuada sobre que es
la psicología económica o economía
conductual.
“La
Psicología Económica pretende una integración interdisciplinar de
economía y Psicología,
donde lo que se estudia principalmente es la forma cómo los seres humanos adquieren
bienes y servicios, toman decisiones, ahorran, compran, se endeudan, y pagan o
evaden sus impuestos (Denegri, 2004/2010; Alejo, Rojas y Pérez-Acosta, 2008).”
Dicha
teoría suele enmarcarse más en los estudios de psicología cognitiva, aunque
parece más propio enmarcarla dentro de la psicología conductual, ya que es en
esta última donde se aplican los procedimientos y aplicaciones relacionadas con
el análisis experimental del comportamiento.
De
hecho según la siguiente definición; “La economía conductual es una teoría del
refuerzo que permite explicar diferentes comportamientos tanto animales como
humanos enmarcados en la conducta de elección, donde los organismos toman
decisiones a partir de las condiciones ambientales que se encuentran
establecidas en un momento dado” (Mayorga, Albañil y Cómbita, 2006), estaríamos
enmarcándolo dentro de los estudios puramente conductistas.
Partiendo
de esta base, vamos a explicar los conceptos más relevantes que sustentan esta
teoría.
Oferta y Demanda
Si
la Demanda de un producto aumenta, el valor se eleva
Si
la Demanda de un producto disminuye, el valor baja
Si
la Oferta cae, el valor se eleva
Si
la Oferta aumenta, el valor cae
Partiendo
de estos presupuestos básicos en la economía, ya podríamos predecir, siempre a
muy grandes rasgos puesto que hay otras variables que influyen, el desarrollo
de un marco económico durante un determinado periodo de tiempo. No olvidemos
que la ley de la Oferta y la Demanda de Mill, se sustenta en unas premisas que varían
según la conducta de los individuos dentro de una sociedad. Es decir, es un
proceso dinámico y dependiente de factores conductuales.
“Nosotros hacemos la economía”
Esto
es posible gracias a los mecanismos conductuales de los que hablamos. Mientras
más cantidad tenga una persona de un bien/producto/articulo de consumo en un
momento dado, menos
utilidad/satisfacción encontrará en tener más de lo mismo. Por lo tanto
esta persona reajustará su conducta de modo que ya no querrá obtener más de ese
bien. Esto traducido a términos comportamentales, seria la Saciedad, entendida esta como; Si un reforzador se presenta
sistemáticamente y de forma prolongada en el tiempo, la tasa de respuestas del
sujeto asociada al reforzador se reducirá. Por otro lado, si una persona tiene
muy poca cantidad de un bien/producto/articulo, mas utilidad/satisfacción
encontrará en poseerlo, dirigiendo su patrón conductual a conseguir ese bien.
Es decir, estaríamos hablando de la Privación,
entendida esta como; Si se retira un reforzador durante un periodo prolongado
de tiempo, la tasa de respuestas del sujeto asociada a la “aproximación o
adquisición” al reforzador tenderá a aumentar.
Si
revisamos cualquier experimento en el que se utilice como método la saciedad,
veremos que consiste en presentar continuamente un reforzador natural,
(alimento) a un sujeto, (animal), hasta que la tasa de respuesta del mismo se
ve reducida., (deja de comer). Del mismo
modo los experimentos de Privación consisten en retirarle al sujeto un
reforzador durante un tiempo, llevando como consecuencia a una tasa de
respuesta elevada para conseguir ese reforzador, (en animales, mayor número de
veces apretando una palanca, o picotear, etc.).
Estos
principios básicos, tienen una estrecha relación con la oferta y la demanda en
la economía, de ahí que “nosotros hagamos la economía”.
Esa
relación se ve reflejada en el caso de la saciedad, con el exceso de oferta que
reduce la demanda. Y en el caso de la privación con la carencia de oferta que
aumenta la demanda. Este fenómeno es
conocido en economía como la “utilidad
marginal de un bien”. Un producto tendrá más utilidad marginal cuanto más
escaso sea, mientras que un producto tendrá menos utilidad marginal cuanto
mayor sea su oferta.
Cabe mencionar, que estos estudios interdisciplinares en los que se fundaron las bases de la economía conductual, vieron su origen con los experimentos de economía de fichas propuestos por Kagel y Winkler (1972).
Cabe mencionar, que estos estudios interdisciplinares en los que se fundaron las bases de la economía conductual, vieron su origen con los experimentos de economía de fichas propuestos por Kagel y Winkler (1972).
Esta
hipótesis se sustenta en que todo organismo actúa bajo una pauta determinada de
distribución de respuestas, las cuales tiende a mantener en el mismo nivel,
pese a ciertas “interrupciones”
En
los últimos años los estudios experimentales se han centrado en la hipótesis de
la regulación conductual y el llamado punto de deleite, Domjan (2007/2010). Este
“punto de deleite” de un sujeto es
identificable mediante la distribución o frecuencia relativa (tasa), de
respuestas en circunstancias no restrictivas, es decir, durante un periodo de
tiempo en el que hay operante libre, en el que se pueden registrar las
elecciones del sujeto.
Veamos un ejemplo; Un sujeto que, entre ver 20
minutos la tele y realizar algún tipo de ejercicio físico (durante 20 minutos)
elige estadísticamente lo primero. Ver 20 minutos la televisión seria su punto
de deleite, sin embargo si le imponemos que para ver 20 minutos de televisión,
debe realizar primero 20 minutos de ejercicio físico, el sujeto tenderá a
aproximarse lo más posible a su punto de deleite, realizando esta segunda
actividad, para conseguir la que le refuerza.
Regulación conductual y consumo
Existen tres factores influyentes en la conducta de
elección y consumo de un sujeto.
Disponibilidad de sustitutos,
(reforzadores alternativos)
Nivel de ingresos
Rango de precios (valor por unidad de refuerzo)
Estos tres factores interaccionan entre sí, de modo
que según uno u otro pueden determinar la elección del sujeto a la hora de
realizar una conducta de consumo.
Respecto al rango de precios, podemos decir que
engloba a su vez distintos tipos de bienes. Bienes flexibles, como por ejemplo una barra de pan de la que si se
sube un poco el precio podremos seguir consumiéndola, o si se sube demasiado
podríamos sustituirla por un bien alternativo, (aquí entra en juego la
disponibilidad de sustitutos). En cambio existen Bienes inelásticos, como por ejemplo la gasolina, que por mucho que
aumente su precio seguiremos consumiéndola, puesto que no existe ningún bien
sustitutivo inmediato para ello.
Para estos últimos bienes inelásticos, ¿sería
posible encontrar un efecto techo en la relación precio-consumo? Es decir, si
se suben hasta tal punto los precios de un bien, en principio inelástico,
tendríamos que renunciar a consumir otros bienes para poder pagar este (según
nivel de ingresos), ¿llegaría un punto en el que la gente no pagaría más por
ello?
Respecto al nivel de ingresos, podemos decir que
una persona con un nivel de ingresos altos, no tendrá que modificar tan
fácilmente su punto de deleite como una persona con un nivel de ingreso bajo.
Es decir, la persona con nivel de ingresos altos notará menos variaciones en el
costo de los productos, y no disminuirá su adquisición.
Según estos principios conductuales se puede
predecir con cierta exactitud la conducta de consumo de una población
concreta. El problema son las
restricciones que factores externos pueden llegar a imponerse en estos
principios básicos. En la situación actual, un sistema económico como el que
tenemos puede colapsarse debido a esas restricciones externar, (política
económica, bancos, impuestos excesivos, restricción de compra de bienes, etc.),
puesto que un consumidor con un nivel de ingresos X, ve aumentado el rango de
precios de numerosos bienes, de los cuales algunos no son sustituibles, podría
convertir un fenómeno económico simple, en un fenómeno mucho más complejo y
problemático. Este es el caso de países como Grecia, en el que el punto de
deleite de la población en general se ha modificado excesivamente, (teniendo
que disminuir), y por lo tanto el repertorio conductual, actualmente ya hemos
observado cual puede llegar a ser, con tal de conseguir esos bienes, a veces
imprescindibles para sobrevivir.
Referencias
Alejo, A.; Rojas, P. y Pérez-Acosta, A. (2008). Psicología y asuntos económicos: Una aproximación al estado del arte. International Journal of Psychological Research, 1(1), 49-57.
Denegri, M. (2004/2010). Introducción a la psicología económica, Edición electrónica.
Domjan, M. (2007/2010). Principios de aprendizaje y conducta. México: Cengage Learning Editores
Kagel, J.H. y Winkler, R.C. (1972). Behavioral economics: areas of cooperative research between economics and applied behavioral analysis. Journal of Applied Behavior Analysis, 5(3):335–342.
Mayorga, P.; Albañil, N. y Cómbita, L. (2006). Elección y sustitución de estímulos entre el alcohol y el alimento en ratas: una explicación del consumo de drogas desde el contexto de la economía conductual. Suma Psicológica, 13(1), 33-50.
Montgomery,W. (2011). La economía conductual y el análisis experimental del comportamiento de consumo. Revista de la Facultad de Psicología de la Universidad nacional Mayor de San Marcos, 14(1), 281-292.